miércoles, 4 de noviembre de 2015

Tranquilo, estoy bien.

Cuando digo: "Tranquilo, estoy bien" estoy esperando a alguien a quien de verdad le importe y me diga: "No, no lo estás"

lunes, 26 de octubre de 2015

los primeros buenos días y las últimas buenas noches


Por primera vez no sé como decir lo que quiero decir, todo lo que no pudiste escuchar, todo lo que tengo en la punta de la lengua pero no quiere salir.
Te escribo desde el pensamiento y con el dedo en el botón de "suprimir". Te escribo para estar menos sola, para creer que estas aquí conmigo y que nunca te fuiste. Sé que no soy la persona más valiente y quizás nunca llegues a saber cuanto te necesito en realidad. Sé que mi manera de pedir disculpas deja mucho que desear,  pero también espero que sepas que lo siento de verdad. ¿Sabes? Escribirlo en vez de decirlo queda más bonito, es mucho más fácil inventarse una historia que ver lo alejados que estamos el uno del otro, cosa que me destroza por dentro. Sin embargo, aquí estoy, escribiéndote con el corazón a medias, ya que la otra mitad todavía la tienes tú.
Desde pequeña me han dicho que no se puede querer todo en esta vida, que eso es de egoístas. Que lo que tienes que hacer es esperar o desistir. Pero luego también dicen que desistir es de cobardes, que tienes que lanzarte a por lo que quieres sin importar lo que vaya a pasar. Y sabes... Yo te quiero a ti. Quiero tus sonrisas en los días más grises, tus ganas de vivir, tus tonterías que me hacen feliz. Quiero tus abrazos, quiero tus piques tontos con mi equipo, quiero todo eso. Me puedes llamar egoísta, porque es verdad, lo admito. Quiero ser la que te saque las sonrisas más bonitas, la que te de los primeros buenos días y las últimas buenas noches. Quiero ser yo contigo, quiero que seas tú conmigo. Y no me puedes llamar cobarde, porque aquí estoy soltándolo todo. Eso sí, no quiero las peleas, no quiero los malos rollos, esos se pueden quedar fuera, se pueden perder por el camino.
Quiero ser totalmente sincera contigo y conmigo. Cuándo entraste a mi vida no sentí lo que debes sentir hacia alguien que deseas, pero aún así seguí para delante, no me importó mucho ese hecho. Pero luego, fui enganchándome de la misma manera a la que te enganchas a una droga. Enganchándome a tu risa, a tus broncas, a nuestras llamadas a todas horas, a tu manera de decir mi nombre que hace que suene totalmente diferente solo por el hecho de salir de tu boca. Eres una de esas personas que te cambia la vida, que te alegran los días y que quiero que lo sigas haciendo.
Y te perdí, te perdí por no demostrarte que eras importante para mi. Y sí después de este vomito de palabras sigues opinando lo mismo, te dejaré ir. Te dejaré ir porque lo único que quiero es que seas feliz.